LA CALLE DEL CARDENAL INICIATIVA DE D. RODRIGO DE CASTRO

Las considerables dimensiones del Colegio que se pensaba construir en Monforte de Lemos no permitían que el casco amurallado de la villa pudiera acogerlo en su interior, por lo que se decide construirlo en el arrabal, en las cercanías del camino que conduce a la Capilla de San Lázaro, un lugar ocupado por huertas y viñas que era necesario comprar. Durante los años 1591-92 comienzan las adquisiciones de los terrenos, participando como intermediario el Conde D. Fernando Ruiz de Castro.

La extensión adquirida rondaba las nueve hectáreas y media, estableciendo sus límites el río Cabe, el arroyo de San Lázaro, terrenos comunales y propiedades particulares su gran importancia tiene la elección del solar, trascendental es la confección de las trazas y condiciones y, relacionado directamente con ello, la designación de los proyectistas. A pesar de la ausencia de datos que esclarezcan esta fase, cabe pensar que fue el Cardenal, celoso fundador y financiador, quien, lejos de desentenderse de tal labor, participa en las trazas y condiciones, eligiendo concienzudamente a los arquitectos y evitando que nada ni nadie alterase sus intenciones.

En 1594 la llegada del Cardenal a Monforte tiene lugar a finales de julio o principios de agosto. Contemplando la ubicación de su obra, decide la proyección de una calle de 30 pies de ancho que comunique directamente con la villa. A finales de 1595 ya está «casi acabada y viene a quedar el colegio la mitad más cerca, y ella es tan hermosa que basta para ennoblecer un lugar».

Por lo que tenemos ya el motivo y la fecha del planteamiento y la construcción de la calle del cardenal, que si no es muy larga, sí que se ha convertido en el eje de la vida social de Monforte.

LA PLAZA DE LA COMPAÑÍA PUDO SER LA PLAZA MAYOR DE MONFORTE.

Don Manuel Ángel Feal Antelo, en su trabajo fin de Master titulado: EL COLEGIO DEL CARDENAL DE MONFORTE DE LEMOS. EVOLUCIÓN DE LA TRAZA UNIVERSAL, recoge en un texto de la época, la voluntad del Cardenal Rodrigo de Castro sobre la hoy llamada Plaza de la Compañía o de los Escolapios.  El texto dice así: “la considerable superficie cedida fue a su vez donada por el Cardenal al Colegio para que en ella pudiera fabricar casas con la condición de «dejar libre la plaza conforme a lo que toma la fachada y delantera … y dejando libre el passo y calle por la da plaza como agora lo esta».

En un primer momento cabe pensar que tal sugerencia se tuvo en cuenta, pues en las «annuas» de 1596 se recoge que «se dejo espacio para fabricar unas casas (las casitas) en donde habitasen nuestros alumnos en el campo que dio el Ayuntamiento delante del Colegio. Y ya que la villa quedaba distante, estas casas  servirían de gran ayuda a los estudiantes». 

 Teniendo en cuenta que el edificio en sí ya es un foco atrayente para que la población se extienda por sus alrededores, si se hubiera permitido construir en los límites de la plaza, posiblemente estaríamos ante la «plaza mayor» de la villa. El documento de donación del terreno delante de la fachada, de 1593, dice así:

  « como su ss Yllma el arcobispo y Cardenal por hazer bien y merceda la dha villa, concejo y vs della, y a los demas comarcanos mandaba hazer yedificar una yglesia colesio y hescuelas en el sitio questa junto a la puente sanlazara a donde se enseñase la gramatica y otras ciencias de los padres de la conpañiade Jesus y por que la dha yglesia colesio y hescuelas, hestaba todo hello rrematadoen mahestros de canteria y para quel dho colesio tubiese en la fachada y delantera plaza, y hestubiese desabasado y para ello tenia nescesidad de Placa para lo que su ss” Yllma fuese serbido, y por que en la delantera de la dha iglesia y colesio y casa, abia una plaza y azayal que les pedia en nombre de su ss” Yllmale diesen cediesen y dexasen a su ss” Yllma quinientos pies de largo, alrrededor de la dha fachada dela yglesia y colesio y hescuelas desquina a hesquina y quatrocientos pies de ancho por el dho azayal adelante atento que hera en utilidad y probecho de la dha villa y concejo…. y entendido por la dha Justicia, y rregimiento y procurador general… ..dixeron que por la mejor bia y forma que podian y debían y de derecho abia mejor lugar cedian y traspasaban y donaban y rrenunciaban a su  Yllma el dho señor cardenal y arcobispo, la dha plaza y azayal en quantia de quinientos pies de largo en la delantera de la dha yglesia y cassa y colesio y fachada, desquina a hesquina, y quatrocientos pies de largo, por el dho azayal adelante hazia el camino que ba acia Lamande (Amandi) para que su ss” pueda disponer dello a su boluntad…»

JUAN DE BOLONIA AUTOR DEL BRONCE FUNERARIO DEL CARDENAL

Juan de Bolonia. Autor de la estatua funebre del Cardenal Rodrigo de castro

(Douai, Países Bajos, 1529-Florencia, 1608). Escultor italiano de origen flamenco. El que llegaría a ser primer escultor en la corte de los Médicis decidió, a los catorce años, en contra de los planes de su padre, que quería que fuera notario, ingresar en el taller de Jacques Dubroeucq en Mons. Allí trabajó hasta 1550, año en que decidió viajar a Roma para continuar su formación, donde conoció la estatuaria antigua y del primer renacimiento. Cuando, después de dos años de aprendizaje, volvía a su país, lo retuvo en Florencia Bernardo Vecchietti, quien se convirtió en su mecenas, hospedándolo en su casa y proporcionándole los primeros encargos. Giambologna permaneció en la villa de «Il Riposo» nada menos que catorce años, en los que llevó a cabo su formación artística. En 1560 presentó un modelo para el concurso de la fuente de Neptuno, en la plaza de la Signoria, compitiendo con artistas de la talla de Benvenuto Cellini, ­Baccio ­Bandinelli y Bartolomeo ­Ammannati, que fue quien ganó. Sin embargo, el año siguiente, 1561, ya recibía un salario mensual de los Médicis, y comenzaba a trabajar para el príncipe Francisco.

Entre 1563 y 1567 realizó su primera obra monumental, la fuente de Neptuno en la ciudad de Bolonia. Entonces fue llamado por Cosme de Médicis para esculpir el grupo de Florencia triunfando sobre Pisa,para hacer pareja con la Victoria, de Miguel Ángel. Desde ese momento trabajó para la familia del gran duque durante toda su vida en un taller habilitado en el Palacio Vecchio, primero, y en el de Borgo Pinti, después. Cuando, en 1583, se instaló el grupo de mármol Rapto de una sabina en la Loggia dei Lanzi, había ya llegado al punto culminante de su carrera. Los monumentos ecuestres de Cosme I, en la plaza de la Signoria, y de Fernando I en la de la Annunziata, fueron el inicio de toda una serie que decoró las principales ciudades de Europa, destacando entre ellos el retrato de Felipe III, en la Plaza Mayor de Madrid.

Giambologna creó un estilo personal, partiendo de las esculturas clásicas que tanto le habían impresionado durante su estancia en Roma, caracterizado por el virtuosismo técnico y el profundo interés por el estudio anatómico, el movimiento y los múltiples puntos de vista, que desembocaron en el contrapposto exagerado y la figura serpentinata. Se especializó en una amplia temática que abarcaba desde la mitología clásica, las alegorías, los retratos, las escenas religiosas del Antiguo y Nuevo Testamento, hasta las figuras de animales, tanto en mármol como en bronce y a todas las escalas. La gran actividad de su taller propició la formación de escultores como Pietro Tacca, su sucesor, Antonio Susini, su primer ayudante, Pietro Francavilla o Adriaen de Vries, que difundieron su estilo por las cortes europeas. Este hecho, unido a que sus patronos, los Médicis, utilizaran sus obras como obsequios diplomáticos al más alto nivel, contribuyó de manera excepcional al éxito de este artista, cuyas obras se han seguido admirando y reproduciendo hasta nuestros días.

De Juan de Bolonia es la estatua funeraria del Cardenal Rodrigo de Castro, que se encuentra en el presbiterio de la Iglesia de Nª Sª de la Antigua. Realizada en Bronce. Hay quien afirma que es la única obra de Juan de Bolonia en España, lo cual es un error pues la estatua ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid es tanmbién obra de Juan de Bolonia.

SAN FRANCISCO DE BORJA Y SU ICONOGRAFÍA

Wifredo Rincón, doctor en Historia del Arte y comisario de la exposición sobre la iconografía de san Francisco de Borja del Museo de la Ciudad de Valencia, afirma que “a pesar de ser un personaje tan importante, la iconografía existente del san Francisco de Borja en el panorama artístico español es sorprendentemente escasa”.
 
El doctor ha realizado estas declaraciones en el transcurso de la conferencia Iconografía de san Francisco de Borja en el arte español ante los asistentes al Congreso Internacional “Francisco de Borja y su tiempo: política, religión y cultura en la Edad Moderna” organizado por la Universidad CEU Cardenal Herrera y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
 
Rincón ha señalado que la iconografía de Borja se reduce fundamentalmente a dos espacios: a las casas de la Compañía de Jesús, –como es el caso del San Francisco de Borja del Colegio de Nª Sª de la Antigua- donde hay “abundante” iconografía del santo y a la provincia de Valencia, especialmente la ciudad de Valencia, Gandía y Llombai. El doctor ha explicado que en el resto de lugares de España hay iconografía pero es “escasa” quizá porque Borja “no fue un santo popular por proceder de una familia noble y porque tras su muerte, el cuerpo fue trasladado a Madrid”.

El historiador ha hecho un repaso por los aspectos iconográficos de San Francisco de Borja: el tipo iconográfico, la indumentaria y atributos y las imágenes. Del tipo iconográfico, Rincón ha destacado que el santo tiene un tipo “reconocible” porque en gran parte de las reproducciones artísticas de él se “mantiene el perfil original procedente de la máscara funeraria”.
Respecto a los atributos e indumentaria identificativa del santo, el doctor se ha referido a la calavera, coronada casi siempre, que hace referencia a la Emperatriz Isabel y que también significa la renuncia al mundo y que el santo “siempre lleva sobre un pañuelo en señal de respeto a la Emperatriz”. El otro atributo particular del santo es la custodia a la que el santo mira fijamente y que representa la defensa de la Eucaristía. Además, el doctor ha detallado un “bodegón” de atributos que suelen acompañarle de carácter religioso, como la mitra, y los capelos y, de carácter civil, como las coronas ducal y marquesal y la armadura en algunos casos con la Cruz de la Orden de Santiago. Asimismo, el historiador ha hecho referencia a la indumentaria de Borja expresando que Borja tiene “dos aspectos”, con el hábito de Caballero de Santiago y con el hábito de la Compañía de Jesús.

En el caso del cuadro de San francisco de Borja de nuestra Iglesia, los atributos que aparecen son muy simples. Aparece la calavera pero sin corona. La custodia aparece aquí sustituida por un Cristo en la cruz en una mesa en la que se adivina un cilicio. No aparecen las coronas ducal y marquesal, solamente tres capelos cardenalicios símbolo de la triple renuncia a esta dignidad.

El monfortino Mateo Díaz se forma para trabajar en desarrollo y hará, gracias a la fundación Barrié, un máster en Sussex.

Mateo Díaz liga su futuro al del mundo. Este joven monfortino que estudió en los Escolapios y en del Daviña Rey está actualmente en Italia, haciendo prácticas en la representación española en Naciones Unidas. Es un paso más en una carrera que enfoca al trabajo en el campo internacional. Tiene sus miras puestas en trabajar para la ONU o la Unión Europea.

La pasión por el mundo, y sobre todo por la justicia en la Tierra, le viene de lejos a Mateo Díaz, pero se ha profundizado según avanzaba en sus estudios. Cursó Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense y allí se despertó su pasión por un área al que quiere dedicar su vida: la seguridad y el desarrollo. Son compromisos que el joven monfortino vivió de cerca en la Complutense y que interiorizó hasta convertirlos en objetivos vitales.

Ahora se acaba de abrir para él una puerta que le puede ayudar a despejar ese futuro con el que sueña. El monfortino acaba de conseguir una de las codiciadas becas de postgrado de la Fundación Barrié y podrá ir a Inglaterra para cursar un máster en Conflicto, Seguridad y Desarrollo en la Universidad de Sussex.

Los estudios en esa universidad están en la “premier league”. El centro es una referencia mundial en materia de formación en cooperación y desarrollo, destaca el joven monfortino, que dice que Sussex tiene un programa de formación “ambicioso y comprometido”. Es justo lo que busca este lucense de veintitrés años que cree que hay que combinar programas de desarrollo y seguridad, porque si no las políticas para hacer avanzar al mundo no serán efectivas.

Es joven, pero ya ha visto algunas de las caras más amargas de la vida en la Tierra y ha comprobado las consecuencias de los fracasos políticos y de las guerras. Así por ejemplo, a Italia ha llegado después de pasar un tiempo trabajando con refugiados en Serbia, donde pudo conocer de cerca la realidad de refugiados llegados de países como Siria, Irán o Pakistán, explica.

Ahora en Italia trabaja en la misión española ante la FAO, la organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, “un campo amplio y muy interesante”, que le permite acercarse a la realidad de la atención a personas en áreas de conflicto.

Esa acumulación de experiencias antes de iniciar el máster en Sussex la permitirá llegar a Reino Unido con mejor formación y una visión más amplia,explica Mateo Díaz Rodríguez.

El joven monfortino está feliz con la posibilidad de iniciar esos estudios en el Reino Unido y hacer un máster que ni en sus mejores sueños podría haber cursado de no ser por la beca de la Fundación Barrié, apunta.

Es cierto que esa beca es consecuencia de un expediente académico brillante, pero él dice que había muchos buenos estudiantes que optaban a esa beca, de modo que se siente honrado de haberla conseguido.

Hasta el momento de iniciar esos estudios seguirá acumulando experiencia y trabajando en la realidad de regiones del mundo que le interesan mucho. En su formación, por ejemplo, se ha interesado especialmente en conocer los problemas de países del área del Sáhel, como Nigeria, donde la situación humanitaria muchas veces se ve agravada por el problema del terrorismo. (Noticia tomada del Progreso Ribeira Sacra)

El Cristo que no gustó a Felipe II

Santo Cristo de Valerio Cioli (1529-1599), autor también de las estatuas de la tumba de Miguel Ángel. Nombre y fecha que aparecen grabados en la parte inferior del paño de pureza de la imagen.
Es de mármol de una sola pieza, excepto los brazos. Destaca en él la majestuosa y serena expresión de su rostro. Fue encargado por Felipe II para El Escorial (Madrid), pero, no le gustó, por considerarlo demasiado musculoso; se lo regaló al Cardenal con el que le unía gran amistad quien lo mandó traer a Monforte de Lemos.

En su lugar Felipe II colocó otro cristo de mármol, en este caso de Bemvenuto Cellini. Cristo que Cellini decidió ejecutar como cumplimiento de un voto inspirado por un sueño que tuvo en el año 1539, encontrándose preso en el Castillo Sant’Angelo por orden del papa Paulo III. Según cuenta el propio artista en sus memorias, en ese sueño tuvo esta visión:

“Parecíame aqueste sol sin sus rayos ni más ni menos como un baño de oro purísimo licuado. Mientras que contemplaba yo aquesta gran cosa, vi comenzar a hinchar en medio del sol y crecer aquesta forma de dicho abultamiento, y formase de pronto un Cristo en cruz, de la misma sustancia que era el sol. Y era tanta su hermosa gracia y tan benignísimo su aspecto, cual el ingenio humano no podría imaginarse una milésima parte.”

Pasados veinte años, el escultor se decidió a cumplir su promesa, con la intención de que la escultura fuera puesta en su tumba. Sin embargo, por una petición del duque Cosme I de Médici, que la vio en su taller y le propuso comprársela, pasó a formar parte de la colección del Palacio Pitti.

En 1576, el crucifijo fue regalado por el gran duque de la Toscana Francisco I de Médici al rey Felipe II de España, y enviado especialmente desde Florencia para «remate a su iglesia de San Lorenzo del Escorial».​ El jerónimo de ese monasterio fray Antonio de Villacastín lo describe así:

En 9 de noviembre de 1576 el rey don Felipe, nuestro fundador, envió a mandar fuesen al Pardo, donde estaba de presente, por un Crucifixo que allí había llegado que se le envió el gran Duque de Toscana. Batista Cabrera  partió luego con cincuenta hombres que le trujesen a hombros, y así se hizo. Llegó aquí a San Lorenzo el Real el santo Crucifixo víspera de San Martín, 11 de noviembre del dicho año. Púsose en el Capítulo, en el hueco de la puerta, hasta que su Majestad otra cosa mande. Nota: que el que hizo este Cristo escribió un libro que se intitula Benevenuto Celino, del modo que se ha de tener para labrar en mármor, en el cual libro trata el trabajo que tuvo en labralle y la curiosidad conque le acabó y cómo es la primero pieza de crucifijo que se ha labrado hasta este día. Tiene también el dicho libro a cabo dél dos sonetos en toscano, admirables

Tras una restauración del año 1994, el Cristo fue colocado en la capilla de los Doctores, en la parte izquierda de los pies de la Basílica, continuando púdicamente tapado con un paño ya que el Cristo está absolutamente desnudo al gusto renacentista.

Daños del terremoto de Lisboa en el Colegio del Cardenal

Una de las dos torres del Colegio del Cardenal

Un protocolo notarial del siglo XVII nos relata el esfuerzo por reparar los daños ocasionados por el terremoto de Lisboa en el edificio de Nª Sª de la Antigua que afectaron gravemente a una de las torres que se arruinó a causa de dicho seísmo:

“En la villa de Monforte de Lemos a primer día del mes de agosto año de mil setecientos sesenta y cinco ante mí escribano público y testigos parecieron presentes de la una parte el Rmo. P. Juan Antonio Vazq[ue]z, rector actual del colegio de la Compañía de Jhs de esta dicha villa, y de la otra Ygnacio Estevez maestro de obras de arquitectura vecino del lugar de Cospedrinos [=Cuspedriños], feligresía de S. Jorge de Sacos, jurisdicción de Cotovade [=Cotobade], arzobispado de Santiago. E dijeron que por cuanto se halla arruinada la torre donde se halla el reloj procedida de los temblores que han sucedido en esta dicha villa desde el año pasado de mil setecientos cincuenta y cinco, y para ponerla en perfección y seguridad, como antes se hallaba solicitó el referido Ygnacio Estevez con dicho Rmo. P. Rector el ajustar y hacer la obra de dicha torre por alto según lo tienen tratado entre los dos. Y poniéndolo en ejecución el citado Ygnacio se obliga con su persona y bienes muebles y raíces habidos y por haber a hacer la referida obra de la torre en la misma manera en que al presente se halla, y la tiene reconocida, y deshacer el último cuerpo de ella, que está encarcelado, y volverlo a hacer y fabricar del mismo modo y con la misma arquitectura que hoy tiene hasta colocarla veleta, y ponerla en su lugar. Y la campana del reloj en el suyo a gusto y satisfacción de dicho Padre Rector y su Colegio con reconocimiento si fuere necesario de peritos y maestros de la misma arte; no quedando dicha obra perfecta y a satisfacción de dicho Rmo. Padre Rector y su Colegio con condición que en esta obligación no se entiende el fabricar los corredores y balaustres sino solamente el referido cuerpo hasta la veleta, sin dichos corredores. Y ansi mesmo (sic) es condición que dicho Rmo. P. Rector y su colegio, de su cuenta ha de dar la madera necesaria para las estadas de dicha obra, y todos los clavos de apontonar, y el hierro necesario para las clavijas que estas las ha de hacer dicho Ygnacio de su cuenta, y después dejarlas con todos los clavos al Colegio. Ítem es condición que si cayeren algunas piedras o maderas y con ellas, o de otro modo se ocasionaren algunos daños en los tejados y techos de la iglesia o Colegio se hayan de reparar por cuenta del referido Ygnacio, y por su muerte, por la de sus fiadores hasta poner los referidos techos y tejados y más cosas que se arruinaren en el estado en que hoy se hallan. Y después de fenecida toda la obra, y colocada la campana del reloj en su sitio se obliga el mismo Ygnacio a bajar de la torre y tejados al corral del Colegio toda la madera y piedra que sobrare, dejándolo todo limpio y en la misma conformidad que hoy se halla, y el plomo que fuere necesario en esta obra, lo habrá de pagar dicho Ygnacio. Y dicho Colegio dará los gatos de hierro necesarios. Y cumpliendo con dichas condiciones dicho maestro se obliga dicho Rmo. P. Rector en nombre de su colegio por quien hace de dar y pagar al referido Ygnacio seis mil y quinientos reales vellón en esta manera; dos mil reales al entrar y empezar en dicha obra; otros dos mil reales al tener demolido el cuerpo de la obra que se ha de fabricar; y los restantes dos mil y quinientos reales en dos plazos, es a saber mil reales al empezar el cascarón o media naranja, y al empezar digo y los mil y quinientos fenecida toda la obra durante la cual es condición que dicho Padre Rector y Colegio de haya de tener, sustentar y dar cama dentro de sus claustros religiosos a dicho maestro, quien nuevamente se obliga con dicha su persona y bienes presentes y futuros de cumplir con las referidas condiciones y dar principio a la precitada obra, y sus disposiciones desde hoy día de la fecha, sin hacer ausencia alguna; a que consiente ser compelido y apremiado por todo rigor de derecho.”

(Tomado de los Protocolos notariales. Monforte de Lemos. Protocolos de Manuel Jacinto Casanova, 1765. Signatura  03082‐2, fols. 159r a 160v)

¿Cuánto duró la construcción del Colegio del Cardenal?

Fachada del Colegio de Nª Sª de la Antigua

En la tesis doctoral titulada “Proceso metodológico y compositivo del renacimiento en Galicia. 1499-1657”, cuyo autor es D. Víctor Grande Nieto, se dan sencillos datos que nos clarifican el tiempo que duró la construcción del Colegio de Nª Sª de la Antigua. El texto concreto es el siguiente:

“Recibidos los planos del Colegio, hechos por el jesuita Andrés Ruiz, hizo el Cardenal que los viese el maestro Vermundo Resta, cuyo nombre aparece ligado al de Ruiz como coautores del Colegio rubricando con su firma el Contrato de 15924, pero el propio Vermundo estaba en Sevilla en 1592, siendo su aporte como maestro mayor de obras de la mitra sevillana5 lo que le hizo ser asesor de Don Rodrigo en esta fábrica, realizando pues ciertas modificaciones, pero sin ser el suyo un papel predominante en cuanto a la concepción general del Colegio. Con la llegada de Juan de Tolosa y posteriormente de Simón de Monasterio se modificarán las trazas iniciales del conjunto. La parte principal de la construcción se desenvolvió entre los años 1593 y 1619: se acabó la iglesia, la fachada principal y parte de los cuerpos que se articulan alrededor de dos patios colocados a ambos lados de la iglesia. Luego cesaron las obras y prácticamente no se construyó nada nuevo hasta 1919, fecha en la que se terminaron dos lienzos claustrales y se realizaron nuevas dependencias en la parte posterior.”

Exalumnos ilustres: Francisco Javier Elola y Díaz Varela

Francisco Javier Elola y Díaz Varela

Nació en Monforte de Lemos, el 22 de septiembre de 1877, muriendo en Barcelona, 12 de mayo de 1939) fue un magistrado, fiscal, jurista y político español.

Estudió en el Colegio de Nª Sª de la Antigua, PP. Escolapios de Monforte de Lemos. Se licenció en Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela en 1903, y en 1905 aprobó las oposiciones de fiscal y de juez. Tras la proclamación de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 fue nombrado vocal de la Junta Organizadora del Poder Judicial, donde se ganó un gran prestigio como especialista en materia penal y procesal. En 1924 fue nombrado juez del distrito de Chamberí y en 1929 representó a España en los Congresos Penales Internacionales de París, Bruselas y Budapest.

A pesar de su pasado vinculado a la dictadura primoriverista, el 31 de mayo de 1931 fue nombrado Fiscal de la República, aunque renunció el 31 de julio para ser nombrado magistrado del Tribunal Supremo de España. En las elecciones generales de 1931 fue elegido diputado por el Partido Republicano Radical por la provincia de Lugo. En las Cortes Españolas participó en todas las discusiones sobre la organización del poder judicial en España, lo que le enfrentaría a su partido, que acabaría abandonando. No se presentó a las elecciones de 1933 y continuó como Magistrado del Tribunal Supremo.

Ya iniciada la Guerra Civil, el 26 de agosto de 1936 fue nombrado presidente de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo de España, y el 16 de septiembre fue nombrado Juez Especial instructor de la causa por la insurrección en todas los cuarteles y cantones militares de Madrid. En la instrucción guardó las formalidades legales, cosa que no gustó a los extremistas, que exigían un castigo ejemplar de los golpistas, hasta el punto que fue apartado de la instrucción por haber admitido del general Joaquín Fanjul Goñi las pruebas que había propuesto. El 27 de agosto de 1937 fue nombrado Presidente de la Junta de Inspección de Tribunales de Madrid. En octubre de 1937 se trasladó a Cataluña, donde en junio de 1938 defendió a los funcionarios de los Juzgados de Barcelona acusados de quintacolumnismo.

Cuando las tropas republicanas abandonaron Cataluña en enero de 1939, decidió quedarse y se ofreció a colaborar con el nuevo régimen, pero fue detenido y el 26 de febrero fue procesado por la muerte del general Fanjul y las muertes en cárcel Modelo de Madrid el 23 de agosto de 1936. Fue condenado a muerte y ejecutado en Barcelona el 12 de mayo de 1939 junto al general Fernando Berenguer de las Cagigas

Geometría de la Cúpula del Colegio de Nª Sª de la Antigua.

La forma de la cúpula es semiesférica, la media naranja característica del Renacimiento español. Su luz es de aproximadamente 10 m y la clave de la cúpula de su linterna se eleva algo más de 35 m sobre la cota del pavimento. La superficie interior está ligeramente peraltada. Está reforzada por ocho nervios dobles que sobresalen tanto en el interior como en el exterior. La superficie exterior, también semiesférica, no es concéntrica con la interior, sino que su centro se desplaza hacia abajo. El espesor es, por tanto, variable y disminuye a medida que asciende.

Sobre el óculo se eleva la linterna, con seis ventanas, cubierta por un cupulino semiesférico y peraltado. El cupulino está rodeado de una balaustrada y se completa con un alto pináculo piramidal de base cuadrada rematado con una cruz metálica con veleta.  El tambor que soporta la cúpula es cilíndrico. Su superficie interior es uniforme en toda su altura, pero su trasdós, sin embargo, muestra dos partes bien diferenciadas. En la inferior, desde la cornisa hasta el nivel de los caballetes de la cubierta, el trasdós es octogonal y la estructura robusta, mientras que en la parte superior el muro se adelgaza notablemente y su trasdós, cilíndrico en esta zona, se eleva y alcanza una cota más alta que la de las impostas de la media naranja interior. Cúpula y tambor se asientan sobre una cornisa circular interior, y esta sobre el conjunto de cuatro pechinas y cuatro arcos y pilares torales.
(Tomado de ROSA ANA GUERRA PESTONIT Arquitecta ).

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