De orígenes judaicos, tuvo por ello que estudiar en numerosas universidades y vivir en diferentes ciudades y nunca pudo optar a los puestos que correspondían a su capacidad, para los que exigía un estatuto de limpieza de sangre. Cursó sus estudios en La Bañeza y en el colegio de la Compañía de Jesús de Monforte de Lemos; estudió filosofía con los frailes dominicos del monasterio de Trianos de Villamol y teología en Valladolid y Salamanca. En 1676 fue párroco de Talavera de la Reina, en 1681 de Albares y en 1685 de Camarma de Esteruelas; destinado a la capital, en 1697 se hizo cargo de la iglesia de San Pedro y en 1701 de la de San Andrés. Fue confesor del cardenal Portocarrero, examinador sinodal del arzobispado de Madrid y calificador del consejo de la Inquisición; obispo electo de Monopoli y de Zamora, renunció a ambas diócesis, seguramente a causa de sus raíces judaicas. 1
En 1713 fue uno de los fundadores de la Real Academia Española3 y en 1715 fue nombrado bibliotecario mayor de la recién inaugurada Biblioteca Real, en sustitución del fallecido Gabriel Álvarez de Toledo, empleo que desempeñó hasta su muerte; reunió para formar el fondo de la que sería futura Biblioteca Nacional gran número de incunables, raros y prohibidos, muchos de ellos conseguidos en el extranjero burlando la mano censora de la Inquisición, de la que él mismo formaba parte.
Dejó escrita una obra en 16 volúmenes, Synopsis histórica chronologica de España (1700-1727), en la que relata la historia de España hasta finales del siglo XVI; se tradujo al francés completa enriquecida con notas históricas y críticas bajo el título de Histoire Générale d’Espagne… (Paris: Gisset, G. Osmont, etc., 1742-1751, 10 vols.) por Vaquette d’ Hermilly y al alemán (Algemeine Historie von Spanien, Halle: Gebauer, 1754-1772, 13 vols.) Blas Nasarre publicó un Elogio histórico de Don Juan de Ferreras (Madrid: Imprenta de la Real Academia Española, 1735).